Exposición en el CIDAN, de Natalia Pastor
Parece que va a llover / Paez que va llover
La Cuenca Minera del Nalón es el territorio en el que se desarrollan los últimos proyectos artísticos de Natalia Pastor. La artista trabaja habitualmente en series, cuyo proceso de investigación se prolonga durante años, documentando mediante fotografías y vídeos la lenta transformación del lugar en el que reside y trabaja. La confluencia del paisaje físico y el paisaje psicológico propone una visión que oscila entre el testimonio, el documento, la mirada idealizada y lo épico.
“La Felguera ye una fábrica con cases”, así definía esta localidad Higinio García García, profesor en la antigua Escuela de Maestría y posteriormente en el IES Cuenca del Nalón. Primero fue la fábrica y en torno a ella fue creciendo la población. Las fotografías documentan los edificios más relevantes del pasado industrial de la zona, las viviendas unifamiliares de planta baja, las barriadas obreras y espacios de ocio vinculados a la empresa, así como una serie de elementos arquitectónicos, ruinas y estructuras que guardan una profunda relación ideológica.
En estas imágenes, adquiere relevancia el barrio de Pénjamo, las piscinas y los talleres en el antiguo centro de Formación Profesional El Politécnico, hoy en día IES Cuenca del Nalón, así como el complejo Nitrastur, que además de ser un modelo paradigmático de arquitectura industrial moderna en Asturias, sugiere connotaciones evocadoras de lo que fue la vida en la Cuenca del Nalón y del papel central que jugaba en ésta el trabajo especializado, la producción industrial, el conocimiento aplicado a la transformación del mundo y la empresa como centro vital más allá de la propia actividad laboral, propio del sistema paternalista. Las piscinas forman parte del Parque Deportivo de La Felguera, proyectado en 1963 por el arquitecto Enrique Álvarez-Sala Morís para la Obra sindical de Hogar y Arquitectura y constituyen un significativo ejemplo de espacio de ocio al servicio de las familias obreras.
Las series temáticas con fotografías de carboneres, ropa tendío, medianeres, pintaes y cases d´azulexos y gresite se disponen linealmente a modo de estratos o capas imbricadas, que aluden al amontonamiento y apariencia de caos que se percibe en la disposición urbanística de algunas zonas. Un paisaje construido con el conglomerado de elementos cotidianos descontextualizados, que configuran y recomponen la identidad colectiva a partir del fragmento, desvelando de este modo la singularidad cultural de la zona.

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