Novelista de éxito

[Texto: Francisco Trinidad]

En 1881, y "por un golpe de fortuna", como recordará años más tarde, se publicó también su primera novela, El señorito Octavio, que está ambientada en su concejo natal de Laviana. A partir de esta obra ya no abandonará la producción narrativa, salvo algunas incursiones, traspasada la frontera de los cincuenta años, en la autobiografía y la reflexión filosófica (La novela de un novelista, Papeles del Doctor Angélico, Álbum de un viejo...), más algunas colaboraciones periodísticas en El Imparcial sobre la contienda europea de 1914, que luego recogería en el volumen La guerra injusta (1917), así como, a partir de 1932, diversos artículos en el ABC madrileño.

El 4 de octubre de 1883, el mismo día en que cumplía los treinta años, contrajo matrimonio en la iglesia de San Pedro, de Gijón, con Luisa Maximina Prendes Busto, joven gijonesa que murió prematuramente en la primavera de 1885, dejándole un hijo. Como homenaje a su memoria escribiría, años más tarde, Maximina (1887), novela en la que vierte todo su dolor por la muerte de su joven esposa. Mientras tanto ha publicado un ramillete de novelas -Marta y María, El cuarto poder, José...- a las que se unirán, en sólida cascada, un importante grupo de novelas -La fe, La espuma, El Maestrante, La alegría del capitán robot, La aldea perdida...- que le consolidarán en el panorama literario de su época como un narrador a la altura de las grandes figuras del momento: Galdós, Pereda, Varela, la Pardo Bazán...

El 28 de febrero de 1906 falleció el novelista montañés José María de Pereda y, para sustituirle en Real Academia Española, fue elegido Palacio Valdés el 3 de mayo del mismo año, aunque no leería su discurso de ingreso hasta el 12 de diciembre de 1920. En torno a esta fecha, Palacio Valdés conoce los momentos más intensos de su gloria, pero también algunos momentos de especial amargura y dificultad.